Cuando hablamos de alimentación complementaria nos referimos al proceso que inicia un niño(a) complementando su aporte nutricional proveniente de la leche materna con el consumo de alimentos, para así satisfacer nuevos requerimientos nutricionales. Esto se conoce como el proceso de ablactación o alimentación complementaria.

 

Este proceso no se recomienda iniciarlo antes de los 4 meses, esto no quiere decir que se deba dejar de ofrecer leche materna, por el contrario, se puede mantener hasta los 2 años o más, como complemento de su alimentación. Sin embargo, es muy importante seguir las recomendaciones indicadas por el pediatra, que dependerán de cada niño(a) y su madurez a nivel gastrointestinal, neurológico e inmune.

 

Iniciar el proceso de forma tardía, también puede tener sus riesgos como:

 

  • Desnutrición y carencia de nutrientes
  • Mayor riesgo de alergias e intolerancias alimentarias
  • Se puede complicar la aceptación de nuevas texturas y sabores
  • Podrían alterarse las habilidades motoras orales

 

Ahora, tal vez surge la pregunta de ¿cómo es la mejor forma de iniciar?

 

Para empezar la cantidad de tiempos de comida y de alimento dependerá del requerimiento energético por edad, la densidad energética del alimento y de la capacidad gástrica del niño(a). Sin embargo, se recomienda de 2 a 3 comidas (de 1 a 2 onzas) en niños(as) de 6 a 8 meses, y a partir de los 8 meses, y conforme se acerque a los 2 años de edad, se pueden ir aumentado los tiempos y la cantidad de comida poco a poco.

 

Se pueden introducir los alimentos, según la edad, de la siguiente forma:

 

6 meses: arroz, avena, vegetales, frutas no cítricas (en puré o en jugos)

7 meses: leguminosas

8 meses: huevo (iniciando con la yema y luego la clara) y pescados como tilapia y corvina

10 meses: yogurt y quesos tiernos

 

La frecuencia de las comidas y el ajuste de la cantidad se deben realizar de forma progresiva, tomando en cuenta el apetito del niño(a), así como su desarrollo. Al año son capaces de consumir los mismos alimentos que el resto de la familia, siempre teniendo cuidado con atragantamientos.

 

Algunas recomendaciones generales para iniciar la alimentación complementaria con su bebé son las siguientes:

 

  • La aceptación de un nuevo alimento se conoce después de probarlo al menos 3-4 veces seguidas.
  • Iniciar con vegetales acuosos y no con frutas, porque cuesta más que les agraden los vegetales
  • No dar a probar dos alimentos o más a la vez
  • No añadir azúcar, sal o edulcorantes a las preparaciones.
  • Brindar alimentos ligeramente majados o en trozos grandes, no licuados.
  • Mantener una adecuada higiene en almacenamiento y preparación de los alimentos.
  • Tratar de ofrecer los líquidos en beberito y no en chupón
  • Exponer al niño(a) a diferentes sabores, colores, texturas y temperaturas reduce el riesgo de rechazo a probar nuevos alimentos.
  • El proceso debe ser de disfrute, no una lucha con los niños(as).
  • Respetar las señales de hambre y cuando ya se siente satisfecho. No obligarlo, presionarlo o premiarlo.

 

Los alimentos que no se recomiendan, al menos hasta después del año de edad:

 

  • Condimentos y edulcorantes
  • Café, té o infusiones
  • Leche de vaca
  • Miel de abeja
  • Espinaca o acelga
  • Embutidos
  • Alimentos con soya
  • Alimentos peligrosos como pasas, semillas, palomitas de maíz, uvas, entre otros

 

Actualmente existen otras prácticas como una forma de ofrecer la alimentación complementaria. Una de ellas es el “Baby Led Weaning (BLW)”, la cual promueve que el niño(a) experimente diferentes texturas, se exponga a una mayor variedad de alimentos y que se alimente de acuerdo a su apetito. Esto como una estrategia para mejorar la relación en las comidas familiares.

 

Los alimentos se deben de ofrecer de forma que el bebé, por sí solo, pueda agarrarlo y llevarlo a su boca. Además, asegurarse que durante la semana el niño(a) pueda experimentar una amplia variedad de alimentos, diferentes texturas y sabores.

 

Según revisiones recientes, se propone como alternativa segura complementar el BLW con una alimentación tradicional, dando autonomía al niño(a) de su alimentación, pero con la guía de sus cuidadores para evitar una ingesta inadecuada de nutrientes.

 

Recordemos que el proceso varía de un niño(a) a otro, sin embargo, es importante que los enseñemos, desde este momento, a tener una buena relación con los alimentos y a establecer hábitos de alimentación saludables, ya que esto va a determinar mucho su salud y estilos de vida como adulto.

 

No dudés en asesorarte con profesionales en el tema y seguir las recomendaciones de su pediatra. Podés contactarnos visitando nuestro sitio web www.centrodenutricion.co.cr

 

 

Bibliografía

 

Arcila, J. Alimentación Complementaria: ¿Nuevas tendencias?. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia. Especialidad en Pediatría. (2020)

 

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Meneses, A. (2016). Alimentación Complementaria. Revista Salud y Administración, 61-64.

 

Romero, E., Villalpando, S., Pérez, A., Iracheta, M., Alonso, C., López, G., García, A., Ochoa, E., Zarate, F., López, G., Chávez, C., Guajardo, M., Vázquez, S., Pinzón, B., Torres, K., Vidal, J., Michel, P., López, I., Arroyo, L., Almada, P., Saltigeral, P., Ríos, A., Domínguez, L., Rodríguez, P., Crabtree, U., Hernández, V. & Pinacho, J. (2016). Consenso para las prácticas de alimentación complementaria en lactantes sanos. Boletín Médico del Hospital Infantil de México, 73(5), 338-356.

 

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