Cuando hablamos de niños(as) quisquillosos o “picky eaters” nos referimos a aquellos que son muy selectivos a la hora de comer, prefieren algunos alimentos sobre otros y/o rechazan probar alimentos nuevos. Sin embargo, es muy común en la edad preescolar, entre 1 a 3 años, que el niño(a) experimente una disminución en el apetito e interés por los alimentos, y su consumo sea más irregular. Esto se puede dar por varias razones, en el caso de niños cercanos al año, la exploración y otras actividades son más atractivas que alimentarse.
A los 3 años, aunque siguen creciendo, la velocidad con la que lo hacen es menor, y la madurez de sus órganos y sistemas es similar a la de un adulto. Tomando en cuenta que el objetivo de la alimentación es que el niño crezca adecuadamente, cumpla con sus requerimientos y se mantenga sano, explica por qué sus necesidades de calorías son menores en este momento.
Es necesario tener claro esto porque para los padres es más fácil entender que hay etapas en las que es normal que el apetito disminuya, y que lo importante es que logren ofrecer una gama completa de nutrientes que permitan a su hijo alcanzar un crecimiento y desarrollo adecuados.
Ahora, ¿cómo puedo asegurar que mi hijo(a) está adquiriendo los nutrientes que necesita?
En algunos casos los padres se sienten inseguros porque su hijo(a) come muy poco, pero si tratamos de añadir diferentes grupos de alimentos y dar variedad es posible cumplir con los requerimientos. Además, es necesario tomar en cuenta que en la edad preescolar y escolar los micronutrientes que debemos asegurar principalmente, son los siguientes:
Vitamina A: vegetales de hoja verde y otros con color anaranjado o amarillo, como la zanahoria, frutas como mango, melón, productos lácteos como el queso y alimentos fortificados.
Vitamina C: frutas cítricas como la naranja, kiwi y mandarina, fresas, vegetales como el brócoli y tomate, papas.
Calcio: productos lácteos como yogurt, queso, almendras, semillas de chía, lentejas, frijoles, garbanzos, brócoli.
Hierro: carne de res y cerdo bajas en grasa, espinaca, frijoles, garbanzos, lentejas, arvejas, frutos secos, nueces, cereales fortificados.
Ácido fólico: vegetales de hojas verdes, frijoles, garbanzos, lentejas, frutas ácidas.
Zinc: carne de res y cerdo, semillas como nueces, almendras, maní, avena, frijoles, garbanzos, lentejas.
Por ejemplo, la recomendación de hierro en niños de 1 a 3 años es de 7 mg/d, y si combinamos alimentos fuente de este nutriente con alimentos altos en vitamina C mejora su absorción. Un ejemplo de menú con aporte adecuado de hierro es el siguiente:
- Desayuno: 1 huevo picado con espinaca acompañado de ¼ de taza de gallo pinto + gajitos de mandarina
- Almuerzo: 4 cdas de carne molida acompañada de ¼ de taza de frijoles y arroz + ensalada al gusto con limón
- Cena: ¼ de taza de lentejas con 2 cdas de carne mechada + 1 papa mediada en la preparación con zanahoria
En el ejemplo anterior se pueden incluir más grupos de alimentos y tiempos de comida, según necesidad del niño(a).
Recuerde que los niños(as) tienen una capacidad innata de respetar sus señales de hambre y saciedad. Si por alguna razón, no quiere comer nada, ofrézcale alimentos hasta el siguiente tiempo de comida. Trate de que estos tiempos de comida sean en un ambiente placentero, donde el niño(a) se sienta tranquilo, libre de presiones o juicios, ya verá cómo naturalmente su hijo se anima a comer de lo que usted le ofreció y en las cantidades que él o ella quiso sin sentirse presionado(a).
¿En qué casos la suplementación es necesaria?
Es importante recordar que algunos de los suplementos que se encuentran en el mercado incluyen varios nutrientes, desde carbohidratos, proteínas, grasas como vitaminas y minerales, y en muchos casos no es necesario utilizar un suplemento tan completo.
Las deficiencias de vitaminas o minerales se pueden verificar con exámenes bioquímicos, o con evaluación física por parte del médico, y de esta forma tomar la decisión de suplementar de forma más específica si fuera necesario.
Preste atención a la calidad de los alimentos que su hijo(a) consume, aproveche los momentos en los que tiene hambre para darle opciones saludables y que le aporten los nutrientes que necesita. Si duda que su desarrollo sea el adecuado, consulte con una profesional en nutrición.
En el Centro de Nutrición Larisa Páez cuenta con el apoyo de profesionales que pueden asesorarle en este tema. Contáctenos visitando nuestro sitio web www.centrodenutricion.co.cr o por medio de nuestras redes sociales.
Referencias bibliográficas
Ferreres, I., Pueyo, M. y Alonso, M. (2022). Revisión y actualización de la importancia de los micronutrientes en la edad pediátrica, visión holística. Nutrición Hospitalaria, 39(3); 21-25. Tomado de https://scielo.isciii.es/pdf/nh/v39nspe3/0212-1611-nh-39-nspe3-21.pdf
Division of Nutrition, Physical Activity, and Obesity, National Center for Chronic Disease Prevention and Health Promotion. (2020). Los niños quisquillosos con las comidas y qué hacer. Tomado de https://www.cdc.gov/nutrition/infantandtoddlernutrition/foods-and-drinks/los-ninos-quisquillosos-con-las-comidas-y-que-hacer.html
Martín-Aragón, S. (2007). El niño que no come. Farmacia Profesional, 21(9); 47-52. HYPERLINK «https://www.elsevier.es/es-revista-farmacia-profesional-3-articulo-el-nino-que-no-come-13111653»https://www.elsevier.es/es-revista-farmacia-profesional-3-articulo-el-nino-que-no-come-13111653
Ruz, M. (2006). Nutrientes críticos desde el preescolar al adolescente. Revista Chilena Pediatrica, 77 (4); 395-398. Tomado de https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0370-41062006000400010#:~:text=En%20este%20contexto%2C%20tres%20micronutrientes,son%20calcio%2C%20hierro%20y%20zinc.