Aprovechando que se acerca la celebración del Día Mundial de la Diabetes Mellitus, en esta ocasión me gustaría conversar sobre la aparición de esta enfermedad en una población en particular. La Diabetes es una patología que usualmente relacionamos con adultos, adultos mayores o personas con problemas de obesidad y que se ha vuelto muy común en las últimas décadas debido a los malos hábitos y estilos de vida de las personas. Pero escuchar que un niño sano y en edades tempranas padece de diabetes puede ser de repente algo difícil de asimilar, sobre todo si se trata de su hijo.
Un diagnóstico de diabetes tipo 1 en un niño genera mucha incertidumbre, en un inicio son las dudas sobre qué hicieron mal, los padres de familia tienden a sentir culpa por la situación y relacionar hábitos o experiencias que se dieran durante su concepción o desarrollo inicial con la aparición de la enfermedad. Primero que todo tengan claro que no es su culpa, este tipo de diabetes puede aparecer en cualquier momento y a cualquier niño sin que sus padres puedan favorecer la condición o evitar que suceda. Aunque no se conoce con exactitud la causa específica de la diabetes tipo 1, existen algunos factores que se mantienen en estudio por una posible relación, entre ellos están:
- Factores genéticos
- Alimentación
- Procesos infecciosos
- Factores ambientales
¿Qué significa tener diabetes tipo 1?
Lo que sucede en el organismo de un niño con diabetes tipo 1 es que su mismo cuerpo actúa en contra de las células que producen insulina, destruyéndolas y así ocasionando que se deje de producir del todo esta hormona, que es la encargada de regular los niveles de azúcar en sangre. Es así como la consecuencia final es la diabetes. Es un proceso autoinmune, esto quiere decir que es un mecanismo que ocurre sin que se pueda evitar.
¿Y con este diagnóstico qué hacemos?
Lo primero y más importante es tener claro que los niños con diabetes mellitus pueden desarrollarse y hacer sus vidas de manera normal igual que cualquier otro niño. Todo depende del control temprano y correcto de su patología. Al no producir insulina, será necesario que se le administre diariamente la hormona así como el control continuo de las glicemias o niveles de azúcar en sangre. Todo este proceso de aprendizaje y de habituarse a tener estos cuidados, requiere de mucho compromiso y dedicación tanto de los padres de familia como de todo el entorno familiar y social en donde se desenvuelva el niño.
Retos a los que se enfrentaran
Es claro que no es lo mismo cuando un adulto recibe un diagnóstico de Diabetes a cuando el paciente es un niño. Muchas de las características de esta población hacen que su manejo y control sea más complejo, algunos factores que intervienen son:
- Edad: dependiendo de la edad a la que hagan su debut en esta patología puede ser complicado tener claro los síntomas sobre todo cuando son niños muy pequeños, puesto que algunos de ellos son sed, ganas de orinar con frecuencia, visión borrosa, hambre, entre otros.
- Crecimiento: debido a la etapa de crecimiento en la que se encuentran los niños, los niveles de azúcar en sangre así como las dosis de insulina serán muy cambiantes debido a su proceso de desarrollo y cambios en requerimientos de energía y de nutrientes.
- Comportamiento social: al tratarse de niños es normal que deseen copiar comportamientos de sus amigos y compañeros del entorno educativo, los cuales incluyen la alimentación. Conforme vayan creciendo, es necesario explicarles de manera simple pero correcta lo que sucede con su organismo y porque deben consumir o evitar la ingesta frecuente de ciertos tipos de alimentos.
Ahora sí, consejos prácticos
Son 3 los pilares fundamentales para controlar la diabetes: la alimentación, el ejercicio físico y el medicamento:
Alimentación:
- Lo más importante es promover una dieta balanceada que incluya todo los grupos de alimentos.
- Moderar las fuentes de carbohidratos (galletas, dulces, pan, repostería) sobre todo si son procesados y altos en azúcar. Y fomentar la ingesta de carbohidratos complejos o altos en fibra en las cantidades adecuadas (arroz, frijoles, garbanzos, lentejas, verduras harinosas, maíz y derivados).
- Promover el consumo de frutas y vegetales todos los días.
- Moderar la ingesta de grasa y procurar que la mayoría sean de origen vegetal como semillas, mantequilla de semillas, aguacate, aceite de oliva, margarina, mantequilla, entre otras.
- Evitar las bebidas azucaradas y promover la ingesta de agua o bebidas naturales sin azúcar añadida.
Ejercicio:
- El ejercicio es fundamental para un niño con diabetes, tanto el estructurado como la práctica de un deporte (fútbol, natación, baloncesto, danza, karate) como el que pueda compartir con su familia como salir en bicicleta o jugar bola.
- El ejercicio influye en los niveles de azúcar en sangre por lo que debe ser tomado en consideración para definir cantidades de alimentos y dosis de insulina.
Medicamentos:
- La hormona insulina debe ser diariamente administrada a los niños con diabetes mellitus, mediante una inyección o mediante una bomba de insulina que la administra de forma gradual a lo largo del día y de una manera menos invasiva que las inyecciones. Este factor siempre debe contar con la supervisión y el control constante del médico tratante del niño.
Si desea conocer más de esta patología y su manejo, ya sea en niños o en cualquier población, no dude en contactarnos en nuestras redes sociales y en nuestra página web www.centrodenutricion.co.cr.
Referencias
El diagnóstico de Diabetes en niños. Asociación de Diabetes de Madrid. Tomado de https://diabetesmadrid.org/20275-2/.
Diabetes tipo 1: Niños que viven con la enfermedad. NorthShore, University Health System. Tomado de https://www.northshore.org/healthresources/encyclopedia/encyclopedia.aspx?DocumentHwid=uq2734&Lang=es-us.